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¿SER CATÓLICO, O NO SER?

Cada persona puede inventarse el camino a la salvación que quiera, e incluso puede escoger cualquiera de los caminos que quiera, pero ninguno de esos caminos es el que está verdaderamente autorizado por Dios.

La única meta existencial de todo ser humano, -según nuestro Creador-, debe ser la salvación de su alma y la de los suyos. Por eso nos pide, -enfáticamente-, en su primero y mas importante mandamiento: «QUE AMEMOS AL SEÑOR NUESTRO DIOS CON TODAS NUESTRAS FUERZAS, CON TODA NUESTRA MENTE, Y CON TODO NUESTRO CORAZÓN«.

¿Quien sabría mejor que nosotros como edificar la sabiduría que todos necesitamos para alcanzar la salvación de nuestras almas que AQUEL quien no solo nos creó sino que también creó la vida y la muerte, y todas las leyes del universo?

Dios Padre no nos pide creer en ninguna religión humana, ni en ninguna secta religiosa, sea esta judía, cristiana o musulmana, sino simple, llana, y sencillamente, «CREER Y SEGUIR A EL, AL PADRE, A SU HIJO EN QUIEN TIENE TODAS SUS COMPLACENCIAS, Y AL ESPÍRITU SANTO, QUE ENVIÓ EL PADRE Y EL HIJO PARA SER EL CONSOLADOR, EL RECORDADOR, Y LA GUÍA DE TODOS SUS ELEGIDOS, (DE TODOS SUS SANTOS).«, PUES EN ELLOS SE ENCIERRA, NO SOLAMENTE NUESTRO PLAN DE VIDA, SINO TAMBIÉN EL ÚNICO Y VERDADERO PLAN DE SALVACIÓN DE TODO SER HUMANO.

Tenemos que estar conscientes de que su PLAN DE SALVACIÓN fue emitido y anunciado por EL mismo, por el Padre, y ejecutado e implementado por su HIJO JESUCRISTO.

Isaías 42:1
He aquí mi Siervo, a quien yo sostengo, mi escogido, en quien mi alma se complace. He puesto mi Espíritu sobre El; El traerá justicia a las naciones.

Mateo 17:5
Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd.

Si seguimos esta premisa, de que lo único que debe ocupar la mente y el corazón de toda persona es su propia salvación y la de los suyos; entonces tenemos que saber también «cual es ese camino a la salvación«. Pues, si el camino es el catolicismo, entonces habríamos de seguir todos al catolicismo. Pero, por otra parte, si el camino es Jesús, solamente Jesús y no el catolicismo, entonces no podríamos tener un pie allá y otro acá, y encima lograr la salvación. Tenemos entonces que elegir un camino.

Lucas 16:13
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Mateo 6:24
Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

En algún momento, cada persona enfrentará estas mismas preguntas por si mismo. ¿Cual mismo es el camino a la salvación? Cada uno tendrá que tomar su propia decisión y seguir el camino que eligió. Pero para aquellos que son precavidos, que les gusta tomar sus decisiones con respaldos historicos y escritos, ellos, los profetas y los santos nos dejaron los evangelios para que sean nuestra guía permanente. La respuesta que nos ofrecen los evangelios no es nada complicada, en realidad es muy simple. El camino a la salvación es solo uno, y es aquel que Dios Padre, EL MISMO nos autorizó y nos ordenó seguir, sin titubeos.

No se refiere al camino que nos señala nuestra imaginacion, nuestro parecer o buen gusto, tampoco se refiere al camino que nos señala un padre de una iglesia, cualquiera sea esta, católica u ortodoxa, o el camino que nos ofrece un pastor de una iglesia evangélica o cristiana, sino el verdadero y único camino que nos señala única y exclusivamente el Padre Celestial (YHWH) y su Hijo (YASHUA) Jesucristo.

Mateo 17:5
Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd.

Juan 14:6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi.

De la misma manera que, la gran mayoría, un tiempo atrás fue correista, también es cierto que la gran mayoría de la sociedad latinoamericana pertenece ahora a la religión católica. La religión de los diablos rojos de Roma.

Si por desgracia usted sufre de estos dos males al mismo tiempo; o sea, es un correista y para colmo también es un católico; debe saber que esto es tan malo como tomar whisky, ron, champagne, cerveza, chicha, alcohol industrial puro y gasolina, todo al mismo tiempo. En otras palabras, usted está idiotizado, intoxicado y embrutecido.

La invitación del Señor Jesús es «seguirlo a EL», no a ninguna religión en este mundo, no a ninguna secta en este mundo. No importa lo que le diga el mundo a usted, lo que realmente importa es lo que le dice el mismo Señor Jesús a usted.

Juan 14:6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi.

Igual que la Iglesia Católica de los diablos rojos de Roma, hay también cientos de sectas denominadas todas ellas cristianas, que proclaman ser la verdadera Iglesia del Señor Jesucristo. Sepa usted que, la única  y verdadera «Iglesia de Jesucristo» es la que fue fundada por el mismo Señor Jesús, y encargada a sus santos poco antes de su partida. Esa iglesia no fue fundada por romanos, ni por ningun demonio de este mundo. No hay, no existe otra iglesia en este mundo que esté autorizada o dirigida por el Padre y el Hijo que la Iglesia Primitiva de Nuestro Señor Jesucristo. Todas las demás iglesias, incluida la Iglesia Católica Apostólica y Romana, son solo espuria.

Para entonces, cuando el Señor Jesús fundó su Iglesia, la alocada iglesia de los diablos rojos de Roma ni siquiera existía. Esta apareció por primera vez, auspiciada y dirigida por el Imperio Romano, a finales del siglo VI.  Se olvidan los católicos que el reino que proclamamos los verdaderos cristianos “no es de este mundo», ni pertenece tampoco a hombre alguno, menos a los romanos o al imperio romano, sino al mismísimo Jesús el Cristo.  Ni Jesús ni los Apóstoles la llamaron jamás: IGLESIA SANTA CATÓLICA Y APOSTÓLICA ROMANA. Sin embargo, si tenemos que admitir que ese fue un muy buen invento de Satanás para que sus diablos rojos de Roma la dirijan.

De los herejes católicos y romanos ya se hablo extensamente en los evangelios

2 Pedro 2

1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, (la doctrina católica, mormones, testigos de Jehova), y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,
3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;
5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;
6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente,
7 y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados
8 (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),
9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;
10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío.
Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,
11 mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor.
12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición,
13 recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores.
14 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición.
15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,
16 y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
17 Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre.
18 Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.
19 Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.
20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.
21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.
22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

Romanos 1:19-32

19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,
23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, (las estatuas de santos y vírgenes), de aves, de cuadrúpedos (el pesebre de la navidad y los elefantes y vacas de la india), y de reptiles (el dragón chino).
24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,
27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,
31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;
32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

Que recuerden los Romanos que tanto Pedro como Pablo fueron torturados y muertos bajo el yugo judío-romano.  La tradición católica narra que Pedro acabó sus días en Roma, donde habría sido obispo, y que allí murió martirizado bajo el mandato de Nerón en el Circo Vaticano, sepultado a poca distancia del lugar de su martirio, y que a principios del siglo IV el emperador Constantino I el Grande, mandó construir la gran basílica vaticana.

Mientras los Judíos negaban y vituperaban al Hijo de Dios en su propia tierra, luego perseguían a los cristianos para matarlos inmisericordemente, los Romanos por otra parte se robaban la Iglesia de Jesucristo a grandes pasos, para sembrarla bajo sus condiciones y a su manera, en la Roma del Cesar; y llamando a esta nueva Iglesia: «Iglesia Católica Apostólica y Romana», Satanás logra su objetivo de arrebatarnos la Iglesia fundada por el mismo Jesús el Cristo, en Jerusalén. Así es como se da inicio a lo que los Apóstoles ya nos previnieron, respecto a la Apostasía.

Aludiendo que su nueva Iglesia es la Iglesia fundada por los Apóstoles Pedro y Pablo, no hay otra alternativa que informarle y recordarle a la Iglesia Católica Apostólica de Roma, que la verdadera Iglesia de Jesucristo es la que el mismo Señor Jesús fundó en Jerusalén, -con sus apóstoles y discípulos-, ésta no es ninguna iglesia inventada o construida por romanos, ni fundada por hombre alguno, no por Pedro ni por Pablo, sino por Dios mismo en persona mediante su Hijo Jesucristo. Así ellos digan que éstos hombres, sean Pedro o Pablo o quienes ellos quieran inventarse que hayan fundado su iglesia, lo cierto es que, la verdadera Iglesia de Cristo no es la que está en Roma sino la que se fundó en Jerusalén, y la que ahora existe en el corazón de todos los verdaderos cristianos.

La Iglesia de Jesucristo es la Iglesia del Espíritu,
no la de la carne!

La Iglesia de Dios Padre no es una iglesia localizada en Roma, sino precisamente en el corazón de cada creyente. Mucho menos es una Iglesia diseñada para acumular dinero, oro, edificios, basílicas, reinados, papados, ejércitos, dinero de todo el mundo, poder, armas, o gloria de hombre alguno. La Iglesia de Cristo tiene como cabeza al mismo Cristo, no a ningún Papa, no a pastores ni maestro, y menos aun a los diablos rojos de Roma.

La del Señor Jesús es una iglesia formada por nosotros, por sus discípulos, los verdaderos creyentes, no por romanos ambiciosos, avaros, pedófilos, homosexuales ni ladrones. Se olvidan los católicos que el reino que proclamamos los verdaderos cristianos no es de este mundo, ni pertenece a hombre alguno sino al mismísimo Jesús el Cristo, para procurar la salvación de su propio pueblo.

Que recuerden también los romanos que tanto Pedro como Pablo fueron torturados y muertos bajo el yugo judío-romano. La tradición católica narra que Pedro acabó sus días en Roma donde habría sido obispo, y que allí murió martirizado bajo el mandato de Nerón en el Circo Vaticano, sepultado a poca distancia del lugar de su martirio y que a principios del siglo IV el emperador Constantino I el Grande mandó construir la gran basílica vaticana.

Es una mentira que Pedro haya sido un obispo en Roma, pues él fue conducido a Roma como un reo para ser torturado y muerto, y no como un invitado importante, mucho menos él o Pablo fundarían otra Iglesia, llámese como se llame. Pero he allí la infame mentira de los católicos romanos para engañar a toda la humanidad diciendo que Pedro fue un obispo en Roma, y que allí fundó alguna Iglesia.

Esta mentira pronto se difundió por todo el mundo, y todos nos la hemos comido como nos comemos muchas propagandas políticas. Como ven, no importa cuantos miles de años pasen, ni que quieran esconder la verdad como quieran, ésta siempre saldrá a la luz por un lado u otro, hasta que todos los pilares de la verdad vuelvan a su puesto.

Cierto es que tanto Pedro como Pablo viajaban y predicaban en todas partes, creaban así nuevas congregaciones de creyentes que se unían a la única Iglesia cuya cabeza era Jesucristo y no Roma.

Su método de trabajo, fue el mismo que Jesús -en persona- les enseñaría.

Ellos, -los Apóstoles-, formaban amorosamente a sus discípulos, los fomentaban a convertirse en diáconos, y posteriormente en sacerdotes para luego asignarlos a las diferentes ciudades que conocían.

Después, ellos mismo, (los Apóstoles), viajaban por todas las ciudades a donde habían asignado a estos nuevos sacerdotes para supervisar sus labores y asegurarse que estén apegados al mismo evangelio de Jesucristo que ellos aprendieron. Así es como ellos supervisaban que todas las Iglesias donde ellos viajaban prediquen el mismo evangelio.

Ellos no andaban fundando nuevas Iglesias de hombres a lo loco. La Iglesia que ellos representaban era la verdadera Iglesia de Jesús el Cristo, al modo de Jesucristo, y no al de ellos, la iglesia fundada inicialmente en el cielo y presentada por Jesús por primera vez en la vieja Jerusalén.

Los apóstoles, con el conocimiento que recibieron de los labios de Cristo, jamás hubieran fundado ninguna nueva iglesia en ninguna parte de este planeta que no sea solamente para proclamar la verdad revelada por el Jesús de Nazaret, de su Iglesia fundada en Jerusalén, -no en Roma-, impartiendo así, los nuevos evangelios cristianos a todo el mundo.

Estaba meditando justamente sobre cual seria un buen mensaje a los católicos de este tiempo; y decidí que seria muy oportuno anunciar en esta pagina, el mensaje de un católico prominente que contribuyó en gran parte a los eventos de La Reforma. No fue el causante directo de todo lo ocurrido durante la época de La Reforma, pues ya se habían iniciado movimientos cristianos en toda Europa que rechazaban radicalmente a las herejías de la Iglesia Católica. Pero si es importante mencionar a éste clérigo, dado que, él pudo plasmar en blanco y negro las 95 tesis presentadas a la Iglesia Católica. Tesis que jamás fueron aceptadas, reconocidas, ni atendidas por el PAPA, pero él las presenta de todas maneras, como una evidencia de como esta Iglesia se mofa de las enseñanzas y mandamientos de Jesús el Cristo.

Penosamente, los Católicos, no son los que mas se interesan por leer sobre las cosas de Dios, así que yo me pregunto junto a Jesús mismo, si en verdad valdrá este esfuerzo de intentar educarlos, -en parte-, sobre las cosas del altísimo. A todos los Católicos del mundo, aquí les presento a otro Católico verdaderamente ilustre, a un Santo de la Iglesia de Dios, al inconforme de todos los engaños y abusos de su propia Iglesia llamada: Iglesia Católica, Apostólica y Romana: El Reverendo Martín Lutero.

Mucho menos el Señor Jesús dejó su iglesia en manos de quienes lo llevaron a la cruz. ¿Acaso no recuerdan que fueron los romanos, en complicidad con los Judios de esa epoca, quienes lo golpearon, lo azotaron y lo crucificaron al Señor Jesús?

Recuerde nuevamente el nombre exacto de ambas iglesias, ellos, los católicos dicen que la suya es una «IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ROMANA», y note que la llaman romana porque justamente es y les pertenece a los diablos romanos, (al imperio de los romanos), como hay también una iglesia anglicana, (de pertenencia de los diablos ingleses), luterana, pentecostal, bautista, adventista, etc. todas esas iglesias fueron fundadas posteriormente por hombres como usted y yo, pero la verdadera Iglesia de Jesucristo, esa fué y es la única iglesia fundada por el propio Señor Jesús.

La Iglesia de Jesucristo nunca necesitó fundarse ni refundarse, ni reiniciarse, ni cambiarse de nombre, ni añadirse a otros nombres, ni cambiar su propio nombre. Su iglesia, la única y verdadera Iglesia de Jesucristo, fue y es la de los verdaderos santos vivos, no la de los santos muertos, y peor la de los santos petrificados ni auto nombrados por ellos mismos. Tampoco es una iglesias en la que se erigen santos entre ellos mismos, y mucho menos es la iglesia de los diablos rojos de Roma.

El Señor Jesús, en Marcos 8:15, nos prohíbe terminantemente hacer caso a los curas (escribas y fariseos), y nos prohibe tambien cree en los políticos, (el Cesar de Roma, los romanos, autoridades de cualquier gobierno). En lugar de eso, nos manda a buscar la verdad para así podernos liberar de las cadenas del pecado.

Lo que viene después dependerá de cual de los dos caminos usted toma. El camino de los diablos rojos de Roma, o el camino del Señor Jesús. La decisión es suya. Hay varios caminos en este mundo, todos ellos engañosos excepto uno. El camino que estamos llamados a seguir es el único camino que nos muestra exclusivamente el Señor Jesús. nadie más.  En esta decisión usted tendrá que actuar libremente, de acuerdo a su propio libre albedrío. Dios Padre no quiere esclavos en su reino, sino amigos!!

Juan 15:14-16
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre. Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.…

ABBA PADRE!!

 

Referencias:

LA IGLESIA (REINO) FUE ESTABLECIDA EN JERUSALÉN EN PENTECOSTÉS

A. Jesús enseñó que el reino vendría en el tiempo de vida de Sus discípulos (Mat. 16:28). En Mr. 9:1 añadió que el reino “vendría con poder”. La Biblia de las Américas presenta correctamente el significado del tiempo perfecto griego en este versículo: “Y les decía: En verdad os digo que ha algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder”.

1. Justo antes de Su ascensión a los cielos Jesús dijo a los once apóstoles que esperaran en Jerusalén “hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Luc. 24:44-49; Hch. 1:6-8).
2. La venida del Espíritu Santo en Pentecostés suministraría ese poder (Hch. 1:6-8).

B. El Espíritu Santo vino en Pentecostés (Hch. 2:1-4). Época: Cerca del 30 DC.

1. Pentecostés era una fiesta anual de los judíos. Era celebrada 50 días después de la Pascua y caía el primer día de la semana (Lev. 23:16).
2. El Espíritu Santo hizo permitió a los apóstoles hablar en otras lenguas (Hch. 2:4,33). La venida del reino estuvo acompañado con poder.
C. La iglesia fue establecida en Pentecostés.
1. La promesa fue que el reino vendría con poder. La iglesia fue establecida ese día. El pueblo de Dios es descrito como la iglesia y como el reino.
2. Este fue el inicio de los “postreros días” mencionados por los profetas (Joel 2:28-32; Hch. 2:16-17).
3. Cuando empezó el día de Pentecostés la iglesia no estaba en existencia. Después de que cerca de tres mil almas fueron obedientes al evangelio, otros fueron añadidos a ellos (la iglesia) diariamente (Hch. 2:47). Es verdad que la palabra iglesia no está en el texto griego aquí, pero uno solamente necesita seguir los pronombres a través de los siguientes capítulos para aprender que la iglesia está bajo consideración.
4. Todas las flechas han apuntado hacia Pentecostés (Hch. 2). Después del establecimiento de la iglesia todas la flechas apuntan atrás a Pentecostés (Hch. 2).

LA IGLESIA FUE ESTABLECIDA EN PENTECOSTÉS.

La evidencia del Nuevo Testamento apunta atrás a Pentecostés como el tiempo del establecimiento de la iglesia.

A. Pentecostés fue el principio (Hch. 11:15). Fue el principio de:

1. El reino (la iglesia) (Mr. 9:1; Luc. 24:49; Hch. 1:8; 2:1-4).
2. El reinado de Cristo (Hch. 2:34-35; 1 Cor. 15:24-25).
3. Los postreros días (Hch. 2:17; Heb. 1:2).
4. El primer sermón del evangelio (1 Cor. 15:1-5; cfr. Hch. 2:23,32). El evangelio consiste en la muerte, sepultura, resurrección, y apariciones de Cristo.

B. Los santos en la iglesia en Colosas habían sido trasladados al reino de Cristo (Col. 1:13). Epoca: Cerca del 62 DC. Este pasaje sólo contestará a todos aquellos que contienden por el establecimiento del reino en el siglo veinte o veintiuno.

C. El reino es descrito como uno “inconmovible” (Heb. 12:28). Epoca: Cerca del 68 DC. Este debe ser el reino de Daniel 2:44 que nunca sería destruido.

D. Escribiéndole a las siete iglesias de Asia, Juan afirmó ser su hermano “en la tribulación, en el reino y en la paciencia” (Ap. 1:4,9; cerca del 94 DC). El reino era una realidad presente en el primer siglo DC.

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