Siento asco, dolor y llanto

Un 27 de Noviembre del 2017 en Quito, Ecuador, Fernanda Solíz dijo al mundo lo siguiente:
Definitivamente no logro comprender a quienes defienden, idolatran, y endiosan a Rafael Vicente Correa Delgado. Sobre todo no logro comprender a esas mujeres inteligentes con quienes alguna vez compartimos pedacitos de vida.
Yo, respecto a Correa, siento el mismo dolor que quienes estuvieron en las filas de la izquierda en los 80´s, cuando Fébres Cordero era nuestro presidente. Más aún cuando murió dejando en la impunidad todos sus crímenes.
A mí me duele el período presidencial de Correa, me duele su política de odio, me duelen los tres líderes Shuar asesinados como saldo de la institucionalización de una política de Terrorismo de Estado. Me duelen los niños que murieron en los procesos de desplazamiento forzado que vivieron las comunidades Shuar cuando se llevó a cabo la ocupación violenta de sus territorios, -con militares armados y helicópteros y tanques de guerra-, saqueó sus casas, las quemó y luego responsabilizó de la violencia a las mismas víctimas, tildándolas de guerrilleros y subversivos, tal como sucedió en los 80´s.
Me duele la impunidad en la que han quedado tantos casos de acoso, criminalización, represión y tortura. Me duele la prisión de los 10 de Luluncoto, las agresiones de tantas comunidades a quienes con ternura hemos acompañado en sus resistencias.
Me asquea, que estos delincuentes disfrazados de políticos les parezca poca cosa y que miren a otro lado, cuando los relatos de compañeras de Saraguro, Molleturo, Quimsacocha, Intag, entre otras muchas, denuncian violencia física, psicológica y sexual, durante las arremetidas violentas de ocupación de sus territorios.
Me duele cuando subestiman la tortura denunciada por estudiantes secundarios de instituciones públicas, que han sido presentadas al sistema judicial y ahí han muerto. Me incomoda su comodidad, su incapacidad de cuestionar la retórica discursiva del correismo y creerla como palabra sagrada, me incomoda su opinión desde el escritorio, y su falta de responsabilidad con la historia, porque es más fácil escribir desde arriba que darse un baño de verdad desde los territorios.
Me duele que en nombre de la izquierda se cumplieron los grandes sueños de la agenda neoliberal, el inicio de la megaminería en un país que llevaba décadas resistiendo emblemáticamente a esta actividad depredadora de la vida, me duele que de pronto, -cuando se adornan de palabras revolucionarias, los TLC, los transgénicos y la intensificación del extractivismo en todas sus formas: petrolera, megaminera y agroindustrial, son ahora la opción revolucionaria!!!
Con su perdón, pero ante la fragilidad de la memoria, va mi indignación! y es que así habemos corazones necios, que nos negamos a aceptar la violencia y el odio institucionalizado como corolario de un proyecto político mediocre, sangriento y temerario.
La revolución será de clases, será ecologista, será indigenista, será feminista, será colectiva, y no caudillista!
Fernanda Solíz – Quito, Ecuador
https://www.facebook.com/FSolizT