Supongamos que hubo injuria

Por Fernando Balda

Rafael Correa junto a su secretario jurídico Alexia Mera me acusaron de: a)Atentar contra la seguridad interna del Estado; b)Difundir rumores falsos; c)Penetrar zonas de máxima seguridad; y d) Desestabilizar la democracia y una serie de verborreas mas redactadas en una acusación particular perfumada, colorida y contradictoria. Evidentemente estas acusaciones suponen como gran afectado al Estado ecuatoriano, a mi patria querida, a aquella por la que sin dudarlo daría mi vida para defender.

Sin embargo el Sexto Tribunal de “garantías penales” me encontró culpable. -ya hemos hablado bastante de la ilegalidad de esta sentencia- pero; supongamos que soy culpable de afectar al Estado; el tribunal consideró que después de que se me declaró culpable de esos delitos que hacen suponer que soy un antisocial, un sujeto peligroso, que si Usted mi lector se encontraría conmigo en la calle sería mejor que se cruce a la acera de enfrente. A pesar de ello la condena que me impuso la consabida manipulada “justicia” fue de un año de prisión y a pagar una reparación al Estado de $2.000 (Dos mil dolares americanos).

Hace pocos días acaban de condenar al Asambleístas Kleber Jiménez por supuestamente injuriar a Rafael Correa -esto porque Jiménez puso una denuncia en la fiscalía sobre un tema al que Correa le teme, le preocupa, lo atormenta- todos sabemos porqué, y tenemos claro que es lo que intenta Correa con la persecución a quienes se atreven a hurgar por ese lado. -pero ese es tema de otro artículo-, volvamos a materia; el Asambleísta Jiménez fue encontrado culpable de injuriar a Rafael Correa y fue condenado a dieciocho meses de cárcel y a pagar a Correa una indemnización de $100.000 (Cien Mil Dolares americanos); en síntesis lo que ha dejado en claro la administración de justicia en el Ecuador es que Correa es mas importante que el Estado; que Correa merece por la reparación de su honra una cantidad 50 veces mayor que cuando se afecta la integridad del Estado; y que certeramente a un ciudadano le va a ir peor si se atreve a enfrentarse a Correa en las cortes, comparado a lo que podría suceder si el mismo sujeto hubiera afectado al Estado.

Pero como si esto fuera poco Jiménez debe ofrecer una disculpa pública que denote arrepentimiento! Sin duda esta sentencia contra el Asambleísta de Pachakutik satisface exactamente lo que Correa quiere, las conclusiones psicológicas sobre ello se las dejamos a los médicos. Lo que si creo es urgente; es que la jueza Luci Blacio quien dictó esta sentencia debería explicarnos como hizo para condenar a un Asambleísta por el delito de injurias sin antes haberle retirado la inmunidad!? Creo que a esa clase no fuimos, o esta señora posee prodigiosas neuronas capaces de interpretar con especial intrepidez las leyes.

Lo cierto es que hay quien aquí se siente emperador. Esta historia de repeticiones escatológicas que vive el Ecuador seguro terminará y volveremos en algún momento al estado de derechos que nos merecemos. Nuestras frentes estarán altivas y nuestros corazones en paz. Pero el dictador, aquel que hoy entra en pánico cuando le tocan ciertos temas, ese; siempre, en el lugar donde se encuentre, seguirá teniendo los mismos temores. Con lo demostrado en estas sentencias no es necesario que nos hagamos la pregunta: que vale mas, el dictador o el Estado? No; no es necesario; pero si ha quedado claro que hay algunos jueces en las Cortes que le ponen un alto precio a un pedazo de m…..!

Fernando Balda
Twitter: @fernandobalda
Blog: http://fernandobalda.wordpress.com
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Ferando Balda
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