¿Y ahora, quién podrá defendernos?

Este país cada vez está más a merced del crimen, el narcotráfico y la delincuencia organizada.

Veo con estupor cómo esta justicia trabaja como tortuga, mas a favor de la delincuencia organizada, (a todo nivel), especialmente en el campo de los inalcanzables, «seres superiores», o sea, «los políticos corruptos ya enquistados en el gobierno».

A mí no me culpen de decir esto porque esta es la única interpretación a la que da lugar la misma justicia ecuatoriana de la cual todos somos testigos.

Veo en las noticias, por citar un ejemplo, cómo a los 10 procesados por delincuencia organizada y narcotráfico, entre los que se incluye un ex miembro de la seguridad del actual presidente de la república, se les dicta una pena menor a los dos años; veo también cómo a cuatro policías que, luego de una operación de inteligencia, fueron detenidos en flagrancia por el delito de contrabando, la justicia los liberó porque la mercadería que se les encontró EN ESE MOMENTO, no superaba los 10 salarios mínimos, (es decir, no se les ocurrió que, además de lo que encontraron en el vehículo, quizás ellos podrían tener más mercadería en otro sitio, y ni tampoco se les ocurrió investigar si se trataba de una red de más personas); vemos cómo a un violador confeso de una menor de 10 años de edad, la justicia le dicta a cumplir una pena de DOS AÑOS, entre otras barbaridades. Ya lo de la política ni hablar, ahí se observa el descaro más grande por parte de la justicia para cuidar de sus corruptos engreídos.

Ahora tenemos esta noticia reciente de lo ocurrido en Posorja, donde un grupo de personas indignadas y cansadas por tanta violencia e impunidad, decidieron linchar a tres DELINCUENTES. Al respecto, he leído cómo han salido un sinnúmero de personas a condenar la acción citada y a convertir en mártires a tres delincuentes que encontraron su destino, el cual guarda coherencia con su historial; y, además otros se refieren en términos casi al estilo Delia Fiallo, sobre que aquellos que cegaron la vida de estos tres inocentes, deben mirar a los ojos a sus hijos, y por demás otros comentarios absurdos frente a la realidad que vivimos.

Señores, en primer lugar, los que debieron ver a sus hijos a los ojos eran estos tres miserables antes de hacer lo que hicieron, debieron mirarlos a los ojos y preguntarse si les estaban dando un buen ejemplo, si toda la inmundicia y miseria que les estaban heredando quizás les haría daño algún día, y si todas las aberraciones que cometían con sus semejantes acaso no les aseguraría un final inquietante.

Tanto las autoridades de la parroquia en cuestión, como las autoridades a nivel nacional dieron ya su versión de los hechos, que a pesar de su contenido, la conclusión es irracional, tal como lo verán a continuación:

Las autoridades describieron los hechos de la siguiente manera:

El robo ocurrió a la salida de la escuela, donde dos madres retiraban a sus pequeños de 5 y 6 años de edad, y en el camino fueron abordados a punta de ESCOPOLAMINA por tres sujetos, y luego los embarcaron contra su voluntad en un auto donde avanzaron hasta un lugar alejado y así perpetrar el asalto.

Como sabemos, el llevarse en contra de su voluntad a una persona y con el agravante de haberla drogado, aquí y en cualquier parte del planeta se conoce como SECUESTRO, es totalmente irrelevante si este delito se extiende por 10 minutos, 2 horas, o por 2 días, sigue siendo un SECUESTRO. Como sabemos también, la escopolamina es una sustancia muy peligrosa que ya ha registrado muertes y casos de coma por una administración forzada de cantidades demasiado elevadas en las victimas, obviamente un delincuente no le va a preguntar a un químico farmacéutico cuál es la dosis recomendada para no matar a su víctima. Sin embargo, escuchamos y leemos que este linchamiento se llevó a cabo como producto de un FALSO RUMOR.

Ahora, veo una reacción de la policía y la justicia que solo puedo comparar con aquellas series de Eliot Ness y sus Intocables de Chicago, en una misión épica y sin precedentes donde decidieron unirse y mover cielo y tierra para capturar a los involucrados en el linchamiento mencionado, y con una posible pena ya casi confirmada superior a los 30 años de prisión. Ya quisiéramos los ciudadanos que trabajen de esta forma cuando se trata de los criminales y los corruptos de este gobierno y del anterior.

En este país Ecuador, (que es el que me ocupa por ahora), al parecer los tres poderes del Estado tienen una mala concepción de la famosa frase, aquella que dice que «la Justicia es ciega». Señores, sí existe esa frase, pero se refiere a cómo la BUENA JUSTICIA no hace distinción entre los ciudadanos y a todos los mide por igual; no era de interpretar que la justicia es ciega porque hace lo que hace lo que le da la gana, o por un precio, sin mirar las consecuencias.

Pongo mi mano en el fuego por la justicia ecuatoriana, pero la pongo en el fuego respecto a que estoy 100% seguro, que si no linchaban a estos tres criminales que ya contaban con antecedentes delictivos, en menos de un mes los veíamos nuevamente drogando, secuestrando, y robando a inocentes, sin importarles un comino que sean niños, mujeres o ancianos.

Hace poco vi la noticia de una banda de asaltantes que ha robado cuatro estaciones de combustible en Guayaquil, en un mismo día, y cómo no va a ser así si la delincuencia tiene carta abierta y fuero absoluto por parte de la justicia. A los delincuentes que roban una gallina los meten al calabozo y hasta los queman, y a los grandes ladrones que roban millones los dejan salir en primera clase a algún paraíso fiscal a elección del delincuente.  ¿Y ahora, quién podrá defendernos? ¿Los pillos y marranos del gobierno?

Vivimos en la tierra de nadie. La época de pistoleros y bandoleros de a diario. La delincuencia rampante y sonante desde el mismo gobierno, asamblea, FFAA, Policia Nacional, y toda clase de delincuentes con uniforme oficial y sin el. Es el caos jamas visto en toda la historia ecuatoriana.

 

 

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